martes, 30 de junio de 2015

¿Es usted La Loca de la Cartera?

Hace una semana mi empresa me ofreció trabajar media jornada desde mi casa, sin haberlo yo pedido. Fuera de la impactante sorpresa de saber que en alguna parte existe eso que se denomina"reconocimiento" por el trabajo realizado, tuve que tomar una decisión ¿bolso o cartera?, pero las dos cosas juntas, ni muerta.

Antes de este volón, tuve que hacer el ejercicio de llegar a la oficina descargada, para volver en la tarde con el Notebook, así que me organicé y salí de mi casa con todo lo que necesitaba, pero en los bolsillos. De pronto las carteras comenzaron a parecerme un objeto fatuo y alienante, mientras caminaba desfilaban sin excepción maxicarteras, day clutch, nigth clutch, mini bags y statement, entre otros modelitos disponibles en tiendas. Me sentí pésimo pensando en lo diferente que sería este mundo si no nos dejásemos llevar por la moda. Somos el caso de éxito del marketing que nos hace creer que amamos con locura "los zapatos y las carteras", ¿le suena familiar?, ¿quién dijo que es lo único que nos gusta?, ¿no le parece raro que toda la población femenina tenga los mismos fetiches?, ¿ha intentado alguna vez no llevar un artículo que es impensable no llevar?, ¿realmente nos gusta tanto cargar tanta porquería de gusto o somos weonas?. Haga el ejercicio.

La verdad, verdad, es que apenas necesitamos un monedero donde quepan las tarjetas las llaves y el celular. Todo lo demás está de más. Explíquenme entonces¿para qué cresta cargamos todos los días enormes billeteras de cuero con diseño, estuches de cosméticos, tampones, espejo, papeles, tablet, monedas y cuando cachureo olvidado existe, sobre frágiles espaldas que tienen que soportar cosas mucho más importantes que la sonsa combinación de plástico de basurero en el cuello y en los pies?, la verdad, verdad es que no tiene sentido. El sentido se lo da la industria y la publicidad.

Es curioso, pero desde que dejé la cartera en la casa me duele mucho menos la espalda, camino derecho y me siento más segura. No quiero ser grosera, pero hasta me siento un poco más libre y empoderada...no se, cómo si mirara a la gente comer una cajita feliz, mordiendo una manzana.

Cuando esté frente al aparador embelesada como las locas, por la fútil muestra de color y textura entre tacos y bolsos, acuérdese de mi y corra a comprarse un sombrero, los sombreros son la nueva cartera de las libertarias, así le damos al mercado algo en qué pensar y a las mujeres una nueva moda que perseguir. Después chocaremos con los postes, pero siempre combinadas con el abrigo, dignas, siguiendo el dicho "antes muerta que sencilla".

No hay comentarios:

Vistas de página en total