sábado, 23 de julio de 2016

Confesiones de borde: Quiero saltarme la vida

Voy a hacer una confesión. Estoy en crisis, he llegado a un punto en el que simplemente no quiero seguir viviendo. Quiero saltarme la vida y partir.
Llevo dándole vueltas harto rato al tema, tratando de entender qué es lo que me ha llevado a estar en este estado anímico y bueno esta es mi reflexión...

A partir de los 40´s algo pasa. Cuando los cumplí no sentí nada especial y pensé que eso de la crisis no venía conmigo; sin embargo, a poco andar por la década ocurre que se han ido esfumando emociones y se han ido quedado otras muy marcadas...lo que yo describiría como la naturaleza "inmóvil del ser", se está apoderando de mi. ¿Pueden pensar un momento en sus padres?, les carga salir de su casa, rallan la papa con ciertos temas y costumbres, si vienen a tu casa se quieren ir, les da pánico manejar o subirse a un bus, les duele el cuello en tu mejor almohada, se quejan, se sienten incómodos y uno lo único que quiere es que se salten todas sus cosas raras y deseen vivir como uno, Bueno, en alguna parte de las vidas de nuestros padres, se fijaron las emociones o motivaciones de hoy. Siento que estoy en esa etapa, mis emociones se están inmovilizando y ya comencé a rallar la papa. Primero fue el pánico a manejar, otras veces es que estoy en un lugar al que quería ir, pero me quiero ir y hoy es este desincentivo vital, que aun no sé a dónde conduce.

Anoche estaba con unas amigas hablando de esto y como he dicho en alguna ocasión, siempre la respuesta es la más simple (pero no por eso la mas sencilla). Mi amiga Poly me dijo, lo que a ti te pasa es que te quedaste sin "incentivos para vivir" y claro...¡es eso!

Llevo años siendo madre, esposa y trabajadora y en todos esos años he relegado lo que soy a un plano donde pareciera que no existo. Esa estrecha relación con migo misma, de la que hablaba en el volón anterior, se ha ido quebrando. Mi motor de arranque, ese que me llevó a cumplír mis sueños de crecer, estudiar, amar y dar vida, está desconectado. Hoy tengo que encontrar las llaves y volver a partir, no quiero llegar a la vejez en este estado.

¿Hablemos de la valoración?, también creo que es un tema que influye en el estado anímico en el que estoy, ¿me siento valorada?, que tus hijos te digan que te aman o le saques esa frase a tu marido alguna vez, ¿son suficiente incentivo para soportar todo lo que resta por vivir, hasta que la muerte te lleve?, para algunos puede que sí, pero para mi no, Ser valorada tiene que ver con ser reconocida como un individuo, un ser único en múltiples dimensiones, yo no soy sólo madre y esposa, sino un ser de propósitos, por mucho que me haya enfocado en esas dos esferas, (haciéndolo bien o mal), yo soy mas que eso, pero ¿qué?, bueno, por eso estoy escribiendo este volón, esperando que si lo vuelvo consciente, la respuesta llegue. Lo que necesito ahora es que mi familia me apoye, me de tiempo y espacio para encontrar las fuerzas y la energía para encontrar el rumbo. Lo que menos necesito es que me pregunten si estoy segura, porque no estoy segura de nada, estoy tan perdida como una adolescente y necesito tanto incentivo y reconocimiento como un niño.

La verdad es que todavía no se qué voy a hacer, suicidarme no está en la lista, así que tranquilos. Por ahora estoy en blanco, pero al menos tengo algo, gracias a la Poly. Estoy al principio del camino, consciente de que no sé quién quiero ser mañana, lo cual es suficiente como punto de partida. Otro día les cuento cómo me va.


lunes, 11 de julio de 2016

No se nace pobre, cuando se nace pobre

Yo digo que hay gente que está más o menos conectada con sigo misma, o dicho de otra manera, tienen una estructura interior más o menos cercana y eso influye en su determinación frente a la vida. Mientras más estrecha es esa relación interna, mas resiliente se suele ser.

Siempre me había preguntado, porqué me incomodaba tanto cuando las personas me felicitan por lo "esforzada", en el sentido de todas las cosas que he logrado en la vida. No es que no agradezca la consideración y el reconocimiento, pero ese "adjetivo" me es ajeno. Pienso en que se fundamenta en una interpretación errónea del ser humano. Esa idea de que la gente "pobre", pero "esforzada" es digna de reconocimiento, es lo que sustenta campañas como la de Laurence Golborne y su: "Sí es posible", (que gracias a Dios no prosperó en nuestro precario escenario de política nacional).

Se trata de una minimalización del individuo, en el sentido de vernos como sujetos de pobre estructura interior cuando nacemos en condición de "pobreza". Sin ofender a nadie, pero eso es, ¿cómo decirlo?...¡racista y clasista!. Mientras una persona más se distancia de su condición de origen, ¿más mínimo ha nacido?, pues no. Para mi, lo que somos depende de qué tan sólidos somos en nuestra estructura interior, eso es lo que moldea un mayor o menor grado de adaptación al entorno, lo que nos permite hacernos a nosotros mismos. Eso Maturana lo denomina Autopoiésis.

La idea de que sólo en las clases sociales distintas a las de la pobreza, se nace con todo lo necesario para llegar a ser "alguien" en la vida, es una deformación del pensamiento. Los pobres como yo, no avanzamos solo gracias al "esfuerzo" o a la "inteligencia", sino que a la relación que establecemos a nivel interior. Yo no nací pobre de mi misma, nací probablemente como un sistema eficiente, que designó la manera de transformar el entorno manteniendo su identidad, por eso la palabra "esfuerzo" no me hace sentido, Las personas son lo que son por su grado de certidumbre respecto de las cosas que hacen, decisiones que toman y gracias a su percepción de lo que ocurre en su mundo interior.

La teoría de la autopoiesis plantea que el entorno afecta a los seres vivos en el grado que éstos lo permiten. es por ello que (literalmente), "en desequilibrio, los sistemas autopoiéticos, son capaces de conservar una consistencia estructural, absorbiendo permanentemente la energía de su medio". El mérito en síntesis, está en el equilibrio, independiente del entorno. Más que esforzada, yo soy equilibrada.

Alguna relación debe existir entre el "equilibrio", que para mi no es otra cosa que la relación que uno tiene con uno mismo, y el éxito en el sentido de lo humano. Nacemos y ya tenemos la capacidad de decidir sobre las experiencias que nos conducen y mantenemos esa característica de por vida, avanzando a costa de los errores, fracasos o un ambiente adverso.

Pese a que todas las teorías de la sociología postulan que la carencia impacta negativamente en el desarrollo y que la falta de oportunidades determina muchas veces el futuro, quiero pensar que son las excepciones las que demuestran lo contrario. El ser humano nace rico y completo en cualquier condición. El curso de la vida nos propone distintas maneras de replantearnos y al final, terminamos siendo alguien ad-hoc a la distancia que se establezca en esa relación con uno mismo: a menor distancia, más "éxito" (en el sentido que justifica este volón).

Cada vez que alguien pasa por un mal momento, ¿está además distanciado de sí mismo?, pienso que sí, sino cómo es que la respuesta es siempre la misma y más obvia: toma la decisión que te hace bien. A mi hacía bien estudiar, ser matea y pava. Cualquier cosa que hubiera tratado de hacer distinto a eso, me tendría ahora caminando de espaldas.

Dado que nacemos con la continua capacidad de producirnos a nosotros mismos y en esa producción vamos de la mano o separados de nosotros como fuente de inspiración, es que planteo darle una vuelta a nuestra visión de la pobreza. Las personas comúnmente denominadas "esforzadas", realmente lo que hacen es conducirse por un camino que les es simple de manejar, yo no llamaría eso esfuerzo, tal vez sí "determinación", en el sentido del determinismo, donde "el futuro es potencialmente predecible desde el presente".

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