viernes, 30 de noviembre de 2012

El amor en tiempos abyectos

Ayer estaba leyendo la columna de una mujer, (que en el último tiempo parece haber estado leyendo las mismas tonteras que yo). Hablaba de la utopía que se esconde detrás de la infidelidad y cómo es que hombres y mujeres abrazamos el pasto verde del vecino, cuando ya hicimos cagar el nuestro...Sus reflexiones me  entristecieron.

La relación de pareja, aquella que uno sueña en sus distintas individualidades, por la que soportamos miles de carretes fomes, pero bien pintadas, perfumadas y arregladas; esa que nos nutre de una tolerancia infinita a la estupidez, tiene etapas, cada una con un principio y fin, super acotadas. Hasta ahí uno puede estar de acuerdo, porque lo ha vivido (o lo presiente), además, algunas de esas fases están científicamente comprobadas por las neurociencias. Pero ¿qué pasa cuando se llega al fin de una etapa?, ¿qué le pasa a quienes a pesar de todo deciden seguir juntos?, ¿significa un sacrificio personal inconmensurable, implica abandonarse uno mismo para siempre, renunciar a aquello que nos hace felices y trabajar duro solo  para dar continuidad a una relación que pareciera no tener retorno químico?, eso amarga a cualquiera ¿o no?.

Si aceptamos que las bases del amor (o enamoramiento) se sustentan en una colusión desvergonzada y concatenada de sustancias químicas, que se activan sólo para perpetuar la especie y criar hijos que sobrevivan hasta su primera infancia, entonces el amor es una verdadera mierda primitiva y la crisis de los 7 años marca el fin de esta estafa hormonal. Misión cumplida, ya me enamoré hasta las patas, hice el amor 6 veces al día, le planché las camisas, le cociné rico, le dije que sí a todo, tuve hijos, pero ahora que todo eso cambió, ¿usted se va o se queda?.

Si uno se queda es porque en ese periodo desarrolla otros lazos afectivos, no sé si más potentes o perdurables, pero sí de carácter más social: el compromiso, la intimidad y el romance, piezas fundamentales que permiten mantener la relación cuando el amor químico disminuye e incluso cuando se percibe como inexistente. 

Algunos vivimos después una fase de "achanchamiento", que dura hasta que se alcanza el peso específico justo para el sacrificio, (¿serán 7 años?, yo creo que menos, 3 a lo mucho). En esta etapa uno se sienta a engordar el culo y se da todo el tiempo del mundo para presenciar en primera fila cómo lentamente se muere el pasto. Primero muere el romance, en consecuencia la intimidad y al final sostenemos la relación sólo por el compromiso.

En esta etapa uno cree que regalar una flor es una estupidez, que ponerse un babydoll no causa nada, que abalanzarse sobre el otro es una lata, que la navidad es una mierda, que existe un sólo restaurant en Santiago, que salir a comprar es una tortura, que comer y dormir es la única actividad que uno quiere hacer, que la cama es el único lugar donde uno puede hacer el amor y tantas otras cosas que tal vez en unos años más las neurociencias nos puedan decir de dónde provienen y por qué se producen.


Recuerdo haber leído en el blog autobiográfico de una mujer separada, cómo un día comenzó a mirar el álbum de fotos y pudo descubrir la fecha exacta en que su marido había abandonado la relación, estaba ahí, en un par de ojos ausentes, en la foto tomada por ella misma, mientras miraban juntos a la cámara. Lo que más entristecía a esta mujer, era el no haberse dado cuenta. A mi me pasó lo mismo, tratando de ver qué hacía con 10 años de historia,  también llegué a aquella foto, a esa mirada devastadora, comprometida, pero sosa. Que pena me dio, debo reconocerlo, pero a diferencia de esta mujer, no me sentí sorprendida, yo sí me había dado cuenta...y en éste caso él no se había ido solo, yo también había partido, en otra dirección...por eso escribo esta columna, para reflexionar sobre cómo es que siendo la mujer preparada que soy, habiendo escuchado esta historia mil veces, habiendo sido educada bajo el concepto de "una mujer jamás debe abandonarse", habiendo visto la debacle de otros, no fui capaz de frenar la caída, y mi conclusión es que no lo hice: porque no quise.

Pienso incluso, que por más que cuente esta historia no aprenderán nada de mi, ni de esta reflexión, pues cada uno vive lo que le toca vivir y punto, así que no se hagan ilusiones y crean que estarán más preparados cuando les llegue el momento, eso no pasa, nos pilla a todos mal parados, pero hay un par de cosas que sí puedo adelantar: los síntomas uno los percibe claramente y es uno quien deja que las cosas ocurran. Cuando se produce el quiebre, la encrucijada es la misma: ¿nos amamos aún?, ¿nos separamos, nos quedamos?, ¿si nos separamos, seremos felices?, ¿y si me separo y después descubro en en verdad (lo, la) amo? (que cosa más egoísta ¿o no?)... ¿podremos volver a sentirnos enamorados?. Tal vez esta sea la sarta de preguntas más tontas y preguntadas del mundo.

Finalmente, sólo decir que ninguna de las alternativas elegidas es gratuita, (como las hormonas)..."le llevan" trabajo consciente y no tengo la menor idea de lo que eso signifique, pero sí, se que depende de mi, no como antes que las feromonas se me escapaban por los poros, ocultando quien en verdad yo era, esa que a 10 años ha, ya mostró lo mejor y peor de sí misma.

Alguien me dijo el otro día que escribiera algo irónico al respecto, ¿qué cosa más irónica es no habernos agarrado de las mechas en 10 años, siendo tan distintos?, ¿qué cosa más irónica es tener una tolerancia del porte de un buque, pero conversaciones como remos de papel?, debiéramos recibir un reconocimiento por eso...condescendientes, complacientes, amables, estoicos, flojos, egoístas y egocéntricos.

Hoy sólo puedo decir que soy capaz de decidir qué hacer, libre y tranquilamente, consciente de mis actos y mis perezas, sin trampas bioquímicas, con 10 años de pre-estreno y sabiendo que tal vez nada de eso, sea suficiente para llegar a viejo juntos. 

martes, 6 de noviembre de 2012

Solteras con poder


Sex and The City junto con poner en la pantalla abierta el mapa sexual y mental de la mujer soltera universal, puso en evidencia también otro aspecto, el amor omnipresente de la amistad...Charlotte primero se casó con Trey, un cuico de mierda, impotente y con una mamá metete encargada de salvaguardar las apariencias de un entorno familiar poco semejante a lo que esta "princesa episcopalista de papá" soñaba en la adolescencia; por eso se separó y terminó casada con un peladito de aquellos que uno no escoge en la disco ni con 10 ron cola encima, pero en verdad el loco la amaba...y ella, me imagino, lo amó agradecida por eso. Samantha en cambio, tenía al hombre que quería y quería a muchos, hasta que se enganchó con Richard que la hizo pebre porque era tan seguro como ella, de estar seguro de querer ser soltero forever. También probó con el lesbianismo y al final se dio cuenta que le hacía falta el "bombero tuerto" y volvió a las pistas de la heterosexualidad libre y sin culpas. Por qué no reconocer que todas quisimos que se quedara por siempre con Smith, quien aparte de ser rico, rico, la amaba, la comprendía y la idolatraba; pero no, ella fiel a sí misma, decidió nuevamente regresar a la lotería de la vida en soledad. Miranda en el entretanto de "lo perfecto atenta contra lo práctico" estuvo demasiado tiempo esperando que alguien aprobara su lista de exigencias, hasta que le salió el tiro por la culata y se terminó enamorando del tipo menos exitoso del momento, Steve, que después se quedó sin un coco, pero igual le dejó de regalo un bebé y de pasadita un anillo de matrimonio, justo lo que ella no tenía planificado, pero que igual felizmente aceptó. Carrie, enamorada de Mr. Big, un solterón con plata, embrutecido, que le destrozó el corazón varias veces por cuática. Entremedio, todas nos enamoramos de Aidan, porque aparte de ser muy rico, era un buen cabro, ¿o no? y más encima hacía muebles, reparaba el piso, armaba y desarmaba departamentos, ¡lo mínimo que uno espera del género!, hasta que salió a la luz su mayor defecto, la rigidez de pensamiento. Después nadie le compró su cuento con el Sr. Berger, por que en realidad era un imbécil al cual le faltaban años para terminar de criarse. ¿Y qué decir de Petrovsky?, que aunque era un galán con mucho "dinerrro", en el fondo no era más que un tacaño, egocéntrico y violento pasivo. Más o menos así fue el recorrido que la linda y estilosa Carrie hizo para llegar un poco menos tontita, nuevamente, a los brazos de Mr Big, que por fin soltó el anillo...pero ¿por que estoy hablando de esto?, pues porque estas historias tienen  ingredientes en común: mujeres solteras, un grupo de amigas y poder.

Llevo un par de semanas respirando aire de soltera sin hijos, aire no contaminado con pijamas, dientes, 1,2,3, desayuno de campeones, feria, loncheras, mochilas, delantales, discusiones sobre qué vamos a hacer de almuerzo; así fue que por cosas del destino me encontré con una antigua amiga, una mujer encantadora y brillante, que me ha permitido ser parte de la rutina de su vida y la de sus amigas...que tal como estas 4 neoyorquinas, conforman una comunidad de lo más granado de la soltería femenina local: separadas, con hijos, inteligentes, modernas, sexualmente pro-activas, con la película clara, con buenos trabajos e incluso algunas pololeando o en estatus de "completamente solas"...mujeres 100% con poder y cuando digo poder, me refiero a que tienen la oportunidad de elegir qué hacer con sus vidas cada mañana y lo hacen, poder para criticar y regañar, cual Miranda Hobbes, a la amiga descarriada, pero también poder para sujetarle el pelo cuando vomita alguna mala relación en el baño...

Hay varios aspectos en común entre estas 4 amigas televisivas y ellas. Primero, el camino que emprenden  cada mañana tras la búsqueda del amor, pero ya no como las solteronas que andan buscando a un príncipe azul que les dé el beso del amor y un anillo de bodas, sino que con más madurez, todas pasaron por eso del enamoramiento y saben que esas son webadas. Ahora buscan a un hombre que las ame embrutecidas como están de tanta soledad, que se manifieste en la cama, en la mesa y en lo social, con cosas más, con cosas menos...pero que las ame y principal, principalmente que ELLAS amen.

Quiero aprovechar y hacer un paréntesis en la Barbie, esa pobre muñeca que todos critican por ser el ejemplo de la princesa que anda tras el príncipe azul, con el traje de novia perfectamente rosa en la cartera, no señores, se equivocan, la Barbie no es responsable de que las mujeres idealicemos las cosas, eso proviene de una naturaleza mucho más divina que la huequez infantil de esta muñequita anoréxica. La Barbie nunca ha movido un dedo para quedarse con el Ken, noooo, para nada, ella no hace NADA, es frígida, no ha recorrido ningún largo camino, no se ha equivocado nunca, por eso cree que ama al Ken y no se dará cuenta de lo contrario hasta que viva con él un par de semanas. La Barbie sólo representa una breve etapa en la vida de una mujer, la de una niñita de 15 años, después, es etapa superada.

Segundo, el Poder. Las mujeres con poder no andan por la vida llorando la suerte que les tocó vivir, ni sienten que las dejó el tren, eso es depresión. Este tipo de mujeres planifica su vida en torno a la auto-satisfacción, pero para eso se requiere la firme determinación de ser feliz. Las mujeres con poder no se meten con tipos con los que no deben y con los cuales no tienen ninguna oportunidad de continuar adelante, se meten con tipos a los cuales descubrir y escudriñar hasta la médula, hasta estar seguras de que no es un sicópata, ellas abren la caja igual que Carrie en busca de algún oscuro secreto, hasta que lo descubren y luego se van tranquilas. Si se meten con quien no deben, lo viven sin culpa y con estilo.

Tercero, la Amistad. Las mujeres con poder no ocultan su soledad, la comparten, porque han aprendido a disfrutar incluso de los malos momentos. Las mujeres con poder arman comunidad y la protegen como leonas. Han aprendido que el amor está más allá de 4 paredes y que finalmente es una amiga la que irá a rescatarlas cuando se quieren una pierna. Aquellas que tienen pareja, la eligen en función de no romper esta hermandad, pues eso, también es un requisito de continuidad.

Cuarto, todas terminarán encontrando lo que buscan. Ya sea por el camino corto o largo llegarán igual que Charlotte a su peladito que las reeduque en el amor, al conformista de Miranda, que les muestre lo que significa la palabra "juntos" al implacable que siempre estará esperando el último pastelazo de Carrie o en una de esas, elegirán quedarse solas para gozar la vida desde un terreno imparcial, pues así lo han "DECIDIDO".

Las solteras con poder son un ejemplo para muchas mujeres que aún no han decidido disfrutar de ese momento, un momento que yo como mujer "no soltera" realmente valoro (¿idealizo?). Lo que pasa es que a la mujer soltera se le olvida que tener la oportunidad cada mañana de planificar su vida sin preguntarle a nadie es un privilegio que se extraña desde el cautiverio del matrimonio, por más que uno ame con todo el corazón a su familia, siempre hay una parte que extraña la libertad y el tiempo para uno misma, así que aprovechen a concho chiquillas, pues una sola cosa sabemos, nada es para siempre...

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