martes, 29 de mayo de 2012

El precio de mis botas

Hace unos días me compré unas botas, andaba inquieta de consumo y medio deprimida, así que pasé a una tienda y me las compré. Salí semi feliz, porque las que realmente me gustaban costaban $69.990, que es la plata que me gasto al mes en bencina, osea no, así que elegí otras de  "2a selección" de $24.990. Curiosamente ambas tenían en alguno de sus componentes el PU y el TR...en fin, salí a la calle con mi ilusión de felicidad imberbe...


Me las puse al otro día y salí a lucir mis nuevas piernas decoradas de botas y a pasearme por Huérfanos, pero ¡oh!, sorpresa, así como yo andaban todas, pues en época otoñal, las botas y lanas son lo que se lleva y ahí mismo me senté a ver miles de botas desfilar, cafés, verdes, calipsos, fuccias, negras, muchas botas negras de diversas formas y materiales caminando junto a sus dueñas en un desfile interminable, algo me pareció sospechoso.

Además de tener en común que todas íbamos vestidas iguales, había otro elemento, es que nuestras botas en alguna parte de su composición declarada o no, tenían estos polímeros Poliuretano (PU) y Goma Termoplástica (TR), un nexo hacia un viaje de investigación que puede resultar infinito, pero que al menos aquí voy a esbozar, haber si logro remecer las neuronas de alguien para que investigue, eso haría un buen alumno, como diría un buen profesor.

La producción de estas resinas sintéticas tiene casi 50 años y su auge ha sido atribuido a la insuficiencia y alto costo del cuero genuino. Dada su versatilidad y propiedades de aislamiento se volvió sumamente utilizado en forma rígida y flexible, tanto así que hoy la podemos encontrar casi en todas partes, pero no estoy aquí para dar una cátedra sobre su proceso de producción, sino que para hablar de la industria de la moda y su intrincada relación dentro de la principal consigna del capitalismo, la exacerbación del consumo.

Sin esas botas yo ya me veía pasada de moda, por eso me las compré, pero en un acto consciente quiero que sepan que este condionamiento responde a estrategia superior, que está fuera de nosotras mismas, se encuentra en un modelo en el cual el objetivo final es el consumo, por ende, la moda es el vehículo ideal para llevar a la población hacia ese principio y fin del modelo. Yo que soy parte de él me resiento, porque verme añeja, me aflige, debo, siento y tengo que verme como me muestran en los medios, más ahora, que las emperatrices de la moda, traídas de distintas partes del mundo nos dicen incluso cómo combinar la ropa para vernos más lindas. Nunca he sido libre de elegir cómo vestirme y quiero que sepan que mis botas valen una temporada y su precio es la sumatoria de mi ignorancia respecto de la materia prima con la cual se fabrica el PU y el TR (derivados del petróleo) + el proceso productivo para llegar a ser una lámina con la cual después producirán mi calzado (altamente consumidor de energía por los procesos de extrusión), luego su transporte y arribo a fábricas en China, donde el salario medio (no mínimo, sino que medio), es de $122.400, todo esto, para que yo pueda estar al día con la  "tendencia Otoño-Invierno 2012". Mañana, mis botas pasarán de moda y terminarán en un vertedero y se degradarán en cientos de miles de años, sin embargo yo, ya estaré comprándome las sandalias verano 2013.

Una amiga estaba conversando el otro día y dijo algo interesante "sin tacos me siento disminuida". Así nos sentimos todas cuando no llevamos algo de moda. La moda ES un "mecanismo que regula las elecciones de las personas, que terminan comprando por presión social, es un hábito repetitivo que nos identifica", pero no nos define.

Mi intención no es enrostrarles (nos) insensibilidad ante el cambio climático, o ante el abuso de las maquiladoras chinas, yo solo quiero ser el sustrato para la búsqueda de alternativas, elegir productos de mercado justo, pedir PU y TR reciclables, pues existen, tratar de comprar productos de países donde al menos sepamos cuál es el salario de la persona que elabora lo que vestimos esta temporada y la que viene.

Yo ahora justamente estoy con las botas puestas, pero ya no me parecen tan lindas como antes...ahora al menos las luzco con incertidumbre, con nobleza, por mi ignorancia, mi ingenuidad y trato de empezar a entender todo lo que hay detrás de ellas...¿me acompañan?

La moda: http://definicion.de/moda/
El salario mínimo de China: http://www.asiared.com/es/notices/2012/02/china-subira-el-salario-minimo-un-13-anualmente-hasta-el-2015-2559.php
Reciclado del poliuretano: http://www.comoves.unam.mx/assets/pdfs/117/poliuretano_117.pdf

Y lo demás corre por cuenta de ustedes...

lunes, 7 de mayo de 2012

Del extraño mundo de los números y el universo que procrean

Llevo años pensando esta columna, reflexionando acerca de todos sus eventos y de cómo poder contar la historia sin herir los sentimientos de nadie. La verdad es que tal vez no se pueda, porque en el mundo de los números, como ustedes saben, 2 + 2 son 4 y punto. 

Yo estudié en un colegio pequeño, lo que ahora podría denominarse perfectamente de "enseñanza personalizada", más encima terminamos 16 alumnos en 4° Medio...

Desde la enseñanza básica tuve problemas con las matemáticas, me costaba mucho entender y no era la favorita del profesor, que además me ignoraba y así fue generándose una distancia inexplicable entre los números y yo. Tampoco llegué al extremo de reprobar el ramo, pero con mucho esfuerzo rozaba el 4.0.

Las cosas no fueron mejores en la enseñanza media, donde ya era más evidente que tenía aptitudes para las letras; por lo tanto, para mi y para muchos otros compañeros, el mundo de los números nos estaba vedado.

La "mejor" mitad se fue al científico y nosotros, los que no podíamos desenmarañar el misterio, tuvimos que conformarnos con las humanidades, pero sepan ustedes que además, existía otra clase peor, los "tecnológicos", esa invención de los primeros años de los 90´s diseñada para quienes no tenían ni esperanza de llegar a la universidad...que dolor.

Sin embargo, las matemáticas te acompañan igual durante toda la enseñanza media, por tanto, tuvimos que aprender o al menos intentarlo, pero no fue fácil.

Aquellos que tuvieron la fortuna de entender la esencia que conecta unos números con otros, eran tratados con  soberana cotidianeidad, condescendencia y pleitesía. A los demás, se nos hizo saber desde un principio que ni un esfuerzo valía la pena para formar a futuros "pobres", sí señores, nosotros pertenecíamos a una categoría sin esperanzas, con un futuro poco promisorio. Debo aclarar que del lado privilegiado, estaban grandes cerebros, que hoy efectivamente tienen una historia relacionada a las ingenierías y matemáticas. Para mí ellos siguen siendo grandes amigos y de los cuales estoy muy orgullosa. Ellos tuvieron una oportunidad que supieron aprovechar y un trato especial, pruebas especiales, de alta dificultad e incluso representaron a un 3° medio en un ensayo de PAA (Prueba de Aptitud Académica), dejando en ridículo al curso que debía salir ese año, fue maravilloso. Eran unos tipos brillantes, hay que decirlo.

Nosotros en cambio, los futuros pobres, que no valían el esfuerzo, teníamos que aprender a sumar y restar, cumpliendo eso sí, el programa del ministerio, pero éramos públicamente ciudadanos de segunda clase, menoscabados a vista y paciencia de una generación (que ya les había comentado), estaba acostumbrada al maltrato; por lo tanto, no veía mucha maldad en tales palabras, más que las bromas por ser unos tontos...

Yo y muchos otros crecimos creyendo que no teníamos "habilidad", que éramos "menos inteligentes que", menos capaces, crecimos con un "debe"...debo decir que este grupo estaba compuesto por alumnos de excelencia y que efectivamente muchos de nosotros elegimos el camino de las letras. Hoy todos ellos (o nosotros) son grandes profesionales que admiro profundamente, este no es el punto. El punto es otro.

Secretamente, sépalo usted, yo gustaba de las matemáticas, pero no las podía entender, había un extraño punto en el camino, donde yo no pude juntar los palitos para el puente y es verdad, pero de ahí a ser una futura pobre y no valer el esfuerzo, ese es otro tema.

Por años, pensé que yo era Periodista, claro, escribía bien, me iba bien, así cualquiera se convence, pero durante todo mi tiempo de estudio y ejercicio, había un agujero que fue creciendo hasta que me vi enfrentada a la vida laboral y descubrí dentro del cerebro de mis entrevistados un punto en común, el pensamiento racional...y así fue como yo también quise emprender ese camino, pero sin base.

Mis primeras semanas en las clases de Finanzas de la escuela de Ingeniería Comercial fueron un desastre, como a los 5 días no aguanté y me fui derechamente a llorar al baño. Llamé a a mi marido y le dije: "no se qué estoy haciendo aquí, yo no puedo, soy un fracaso...hay una "M" botadita que no entiendo para qué sirve, pero todos hacen algo con ella". Mi marido, al otro lado del teléfono, (del cual estoy segura que el algún momento igual pensó ¿qué hace una periodista tratando de hacer un MBA?), me dijo, pucha amor...y no recuerdo que más, pero me dijo....esa "M" botadita se llama sumatoria, sume mi amor, sume...".

Volví a la sala, me senté, me calmé y tal como en "Una mente brillante", un paraíso se abrió frente a mis ojos, más de 25 años de fracaso matemático acabaron ese mismo día, con sólo haber entendido para qué servía ese palito para construir el puente. A partir de ahí, me transformé en la mejor alumna del ramo, sí profesor, yo, esa alumna que no valía la pena, ni su esfuerzo, sí podía entender matemáticas...no es que  ahora sea una ingeniero exitoso como usted esperaba, no, porque ya me había gastado el crédito universitario en una carrera que no era para mí. Lo que quiero que sepa es que años después esta misma conversación la tuve con otra compañera que no valió su esfuerzo y que vivió lo mismo: estudió una carrera humanista, no por que lo fuera, sino porque creía que el otro camino le estaba vedado, por que se sentía inferior. Igual terminó dándose cuenta que en realidad los números era lo que amaba y que no eran tan complicados, los números son sólo eso, números, pero son sus interacciones lo que gente con habilidad de análisis social no pueden entender a la primera, necesita explicar el contexto...nada más.

¿Era necesario darse una vuelta tan larga para descubrirse a sí mismo?, yo creo que no, que era innecesario...tampoco creo que usted sea un villano que nos traumatizó y que por su culpa seamos profesionales infelices, para nada, finalmente uno es dueño de su destino y hace de su vida lo que puede; pero creo que debiera reconsiderar seriamente su metodología, por que de una u otra manera influye en las mentes de los niños, sobre todo de los más inseguros, permeables e influenciables. Una palabra puede cambiarlo todo, puede generar una realidad y eso es algo que yo y usted estudiamos.

Querida amiga, querido amigo que estás allá en el sur siendo empresario, sumando, restando, haciendo flujos de caja futuros y que estuviste junto a nosotras en el lado de los "malos". Esta columna es en honor a ustedes, en honor a mi y para nada en contra de usted profesor, pero era necesario que algún día lo supiera.  Al menos yo, lo respecto y le guardo afecto.

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