miércoles, 17 de abril de 2013

Los políticos y sus políticas

Nunca he podido acostumbrarme al presidente actual. Más allá de un tema de preferencia política (tan poderosa como nuestra definición sexual), me molesta su discurso, la iteración ordinaria, insulto a la retórica poética. Me avergüenza esa especie de "arjonismo proselitista", pero más aún me desasociega la completa falta de vínculo con los pequeños cambios que ha impulsado este, SU gobierno.  Así como muchos, yo contaba los días para la llegada de Bachelet...

Y su llegada llegó y en medio de amplia expectación, ella sonrió, mientras sus iluminadas cortesanas raspaban y anteponían los codos para hacerla sentir de nuevo en casa, figurar como la más amigui, con esas sonrisas que no pueden ocultar su profunda conmiseración hacia los asistentes, mientras yo detrás de la pantalla sólo necesitaba un lápiz y un papel para respaldar de nuevo su gobierno.

Hoy a casi un mes, dejé mi voto en el velador y tal vez no lo vuelva a sacar de ahí, puesto que no concibo este retroceso en la conversación. Hay cosas que debieran estar decididas, aspectos de nuestra democracia que no ameritan drill down, ¿que si la educación debe ser gratuita, si las isapres, si el aborto terapéutico, la Constitución, el binominal, acceso a la salud universal?...yo pensé que eso estaba claro, que los movimientos sociales habían enseñado algo a la clase política. Yo esperaba propuestas elaboradas por cienzudos analistas del sistema vigente, respecto de cómo vamos a hacer para cambiar aquellos cuellos de botella que impiden cambiar el curso de los acontecimientos, pero no, la Bachelet volvió con un discurso aparte de retrógrado, absolutamente impresentable e increible.

Bachelet es hoy una mujer a la cual los políticos están usando políticamente, pues es  la única carta que tienen para volver al poder y mantener el estatus quo inalterable, ya todos tienen sus inversiones y hoy cotizan en la bolsa. Hoy veo a una Bachelet tanto o más patética que el presidente actual y no vislumbro en la esfera política pre-electoral a nadie que vaya a cambiar nada. Los pocos rupturistas, me parecen estratégicamente mal preparados, metodológicamente huecos, discursivamente irrelevantes y mal respaldados.

Yo y muchos otros queremos cambios radicales. En mi perspectiva, los cambios son posibles si fuésemos capaces de tener ampliamente entendido el sistema imperante, sus vínculos con la sociedad, el derecho, las políticas, la economía e instituciones y de ahí comenzar a plantear un cambio. No veo a nadie (que se haya propuesto dirigir los destinos de la patria) que haya estudiado y entendido bien estas materias en las cuáles todos los chilenos estamos en concenso...discutir o poner foco en subir el salario mínimo a $250.000, no es más relevante que el bono marzo de 40 lucas.

Ya no tengo candidato y creo que la Michelle cada vez que abre la boca, pierde un voto...no me parece el mal menor, ahora creo que en realidad nosotros como sociedad somos responsables de los malos políticos que tenemos. Sólo veo el cambio a través de los movimientos sociales. Voto por la revolución. Voto por que juntos dejemos de consumir por 3 días, voto por un cambio masivo a Fonasa, voto por paralizar las carreteras, por no pagar la universidad, por irrumpir en las clínicas privadas con Fonasa para indigentes, seguro que en medio del caos surgirá un candidato que me represente.

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