jueves, 15 de septiembre de 2011

Quiero un funeral en vida

Me ha tocado conocer a mucha gente, algunas con las que he hecho profunda amistad, otras amables simpatías y otras simplemente nada importante. La farandulización del accidente en Juan Fernandez me ha hecho pensar en qué diría de mis amigos si me encargaran un homenaje o qué dirán de mi cuando mi presencia se extinga.

Pese a que me propuse hacer una lista de atributos y virtudes de cada uno, no logré que resultara poco divinizante o me hiciera sentir alejada del humano que tuve el placer de conocer, así que tal vez resulte válido pensar que las personas no nos marcan por sus virtudes, defectos o sus actos, como reza el dicho; sino que por pequeños instantes, frases, movimientos, detalles o hechos memorables que quedan anclados a nuestra alma, sin relevancia "socialmente aceptable para el discurso fúnebre" o para un "emotivo power point de ceremonia".

Aquí paso a detallar cosas que tal vez ni mis amigos recuerden, pero que me han estremecido tan profundamente, que a partir de ahí he ido construyendo mis afectos...sin detallar los nombres por supuesto, porque eso permanece en mi intimidad.

Sólo para aquellos que tienen buena memoria

Simplemente me respondió que "no creía en la amistad y no quería que la considerara amiga, porque no quería decepcionar a nadie, incluyéndome a mi". así fue como se instaló en mi vida con toda su humanidad.

Cuando le pregunté porqué hacía lo que hacía, me dijo "yo no busco engañar, sólo necesito sentirme deseado", ni se imagina la profundidad de esta declaración y cómo lo define como ser humano.

Ella me confesó que no era feliz, que nunca lo había sido y que nunca lo sería...así nada más, con todo el dolor que eso implica.

Él entró a mi dormitorio y dijo "vamos de mal en peor" y años después dijo "viviría toda mi vida contigo". No hay cosa que me haya marcado más que esas oraciones.

Años después de la infancia, él me trajo un recuerdo olvidado: "yo voté por ti"...justo como es, en esa frase se encierra toda la complejidad de su escencia.

Cuando yo era chica ella se plantó ante mi y me dijo "no puedo criticarte, porque esa porfiadez tuya, algún día te va a ser útil".

"Voy a volver, nunca me voy a arrepentir y voy a ser una mujer feliz" y así no más es ella.

"A mi no me importa que te hayas equivocado, yo sólo quiero que vivas, que vivas!", cuanto se puede amar a un hijo.

"No puedo llegar más de las 10:00 de la noche a mi casa, así me criaron y no puedo romper las reglas".

Y así son cientos de frases, las que pueblan el memorial de mis amistades, sólo eso podría decir de ustedes, super simple. Seguramente yo también he dejado alguna cosa memorable en el corazón de quienes me han conocido, una vez una compañera del colegio me dijo que fui la primera persona que le dijo "cuática", ¡que lindo gesto!, recordar algo que pasó hace más de 25 años...es decir, así de fuerte podemos imprimir a alguien, por eso mismo, antes de mi muerte (que dados los últimos acontecimientos podría ser en 5 min más), quisiera inaugurar en Chile una tendencia ampliamente utilizada en otros países, una especie de funeral en vida, donde todos ustedes y yo misma, tendrémos la oportunidad de decirnos a la cara aquellas cosas por las cuales estamos ligados de por vida, no importa si son buenas o malas, que de eso estamos hechos, lo que importa es que tal vez, sólo tal vez tengamos la oportunidad "real" de revivir esas emociones. Les aviso fecha y lugar, porque igual por ahora quiero permanecer un tiempo más con ustedes.

Vistas de página en total